Hoy, en El Universal, un periódico mexicano, se publicó el caso de dos hombres que buscaban extorsionar a una joven a la cual conocieron en Hi5.De acuerdo a la nota, en el espacio de día la joven y los hombres intercambiaron datos y fotos, los cuales ellos usaron para amenazarla.
Este hecho, además de lamentable, tiene a mi parecer dos aspectos importantes a analizar. El primero, el hecho de que muchos usuarios de Internet no son capaces de usar su sentido común antes de entablar amistades e intercambiar datos delicados (como direcciones, teléfonos, zona en que se mueven, estatus socioeconómicos), lo cual genera que algunos vean esto como una oportunidad para sacar provecho de la situación.
Por supuesto, esto puede ocurrir no sólo en las redes sociales como Facebook, MySpace, Hi5, Twitter, en fin, cualquiera en la que ellos se conecten, sino en donde sea que estos muchachos tengan convivencia con gente a la cual no conocen muy bien (fiestas, antros, sitios de convivencia social en general).
La segunda situación a analizar será el giro que le darán los medios tradicionales a esta situación. Al menos, por ejemplo, Televisa ha satanizado el uso de redes sociales como ‘medio en que los criminales conocen a sus víctimas’ (sin embargo, ni una cifra proporcionó sobre este hecho e incluso la nota de El Universal dice que estos hombres son los primeros en ser arrestados por algo así).
Lo mismo la PGR, de quien una vez vi un boletín advirtiendo que ni siquiera entraran a sitios sociales para evitar estas situaciones.
¿De verdad es esta una solución? ¿No sería mejor que padres, maestros y autoridades enseñaran cómo debe de comportarse uno en cualquier situación social en la que haya gente desconocida y con los datos delicados, ante el aumento de extorsiones y secuestros?
En fin, esto es claro una opinión. Habrá quien definitivamente culpe al medio (red social) de que haya delitos como extorsiones y secuestros, no al usuario por revelar datos básicos y confidenciales, información comprometedora, todo con tal de convivir y divertirse. Están en su derecho, pero queda en nosotros saber qué tanto vamos a autoeducarnos (y quizá a educar a alguien más) en el uso de estas herramientas que son usadas ampliamente y que también tienen ventajas.