De acuerdo a un reciente estudio publicado en las noticias de Yahoo bajo la firma de la Agencia Reuters, demasiada testosterona mata neuronas.
Uno de los investigadores incluso dijo (cito):
«La próxima vez que un tipo musculoso en un carro deportivo se te cierre en la calle, no te enojes, sólo respira y date cuenta que podría no ser su culpa»…
Esto me da pie a una reflexión: yo ya lo sospechaba desde antes…
Como que entre más ‘machito’ sale el hombre es menos capaz de escuchar, de dialogar, de ser sensible a su entorno y no sólo a su gran ego… Pero bueno, esto ya es comentario editorial… Es decir, es mi opinión respecto a los comportamientos que he podido observar en algunos hombres.
Es curioso ver cómo ante una amenaza (real o ficticia) este tipo de hombres reacciona con agresividad. Y a veces la ‘amenaza’ resulta ser su esposa, quien por alguna razón no está de acuerdo con ellos y muchas veces lo primerito que hacen es agredirla (psicológica, o lo peor, físicamente) pues ‘no saben’ reaccionar de otra forma.
También a veces parece que cualquier intento que haga una mujer de ser mejor como persona, ya sea aprendiendo algo, saliendo más, teniendo más amistades, acrecentando su estatus laboral, lo que sea, entonces otra vez se prende el foquito de ‘amenaza’ en la mente de un hombre y obvio, de alguna forma trata de apagar ese intento en la mujer que cree ‘suya’.
¡Qué pena, caray, que eso de la ‘envidia del pene’ de Freud en realidad sea muchas veces al revés! La envidia parece estar más del lado de estos inseguros seres que se dicen hombres (para mí, más bien homínidos, si acaso, más tirando a monos que a seres humanos).
Y por supuesto, el último formato de agresión que saben desarrollar es la indiferencia total. No importa que la persona que está con ellos los haya apoyado de mil maneras, cuando esa persona llega a tener algún problema, ¿acaso están ahí para escuchar y ayudar de algún modo? Eso sería como pedir que el sol se enfriara…
De veras que qué ganas de que la testosterona realmente acabara por matar a estos ‘seudohombres’.